jueves, 5 de junio de 2008

¡Hoy tengo un sueño!

Hoy les digo a ustedes, amigos míos, que a pesar de las dificultades del momento, yo aún tengo un sueño. Es un sueño profundamente arraigado en el sueño "americano".

Sueño que un día esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo: "Afirmamos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales".

Sueño que un día, en las rojas colinas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos dueños de esclavos, se puedan sentar juntos a la mesa de la hermandad.

Sueño que un día, incluso el estado de Misisipí, un estado que se sofoca con el calor de la injusticia y de la opresión, se convertirá en un oasis de libertad y justicia.

Sueño que mis cuatro hijos vivirán un día en un país en el cual no serán juzgados por el color de su piel, sino por los rasgos de su personalidad.

¡Hoy tengo un sueño!

Sueño que un día, el estado de Alabama cuyo gobernador escupe frases de interposición entre las razas y anulación de los negros, se convierta en un sitio donde los niños y niñas negras, puedan unir sus manos con las de los niños y niñas blancas y caminar unidos, como hermanos y hermanas.

¡Hoy tengo un sueño!

Cuando repique la libertad y la dejemos repicar en cada aldea y en cada caserío, en cada estado y en cada ciudad, podremos acelerar la llegada del día cuando todos los hijos de Dios, negros y blancos, judíos y cristianos, protestantes y católicos, puedan unir sus manos y cantar las palabras del viejo espiritual negro: "¡Libres al fin! ¡Libres al fin! Gracias a Dios omnipotente, ¡somos libres al fin!"

Washington, DC
28 de agosto de 1963

Martin Luther King


1 comentario:

todosconmj dijo...

No habrá igualdad jamás. La igualdad no es gratuita y menos en un mundo como el nuestro en el que para que unos pocos tengamos de todo es necesario que los demas no tengan nada. Igualdad significa que los afortunados renunciemos a nuestras ventajas y cedamos riquezas y poderes a aquellos que no los tinen hasta equipararnos. La igualdad es cara y mientras no sea gratis no existirá. Cuando conincidimos personas diferentes podemos convivir mientras todos tengamos suficiente y nadie se vea obligado a ceder. En el momento en el que algo vaya mal y alguien pierda volverá el enfrentamiento y la discriminación del débil. En tiempos de crisis cíclica del capitalismo como estos, el fantasma del nazismo se hace corpóreo en tribus urbanas de neonazis; poco a poco la larga sombra del odio nos alcanzará por ambos lados. No debemos vivir engañados un sistema con raices en la desigualdad no trabaja por la integración del diferente, sólo lo tolera mientras no molesta, cuando lo haga lo purgará. Esas ideas tan bonitas de hermandad universal sobrevivirán en discursos como estos, en caciones como imaging, y en la mente de soñadores como yo pero jamás se harán realidad. Como dice una amiga mía, son malos tiempos para los soñadores.